En una época en la que en Estados Unidos y otros lugares del mundo nos hemos acostumbrado a que, con tan solo oprimir una tecla, cualquier cosa que deseamos llegue hasta la puerta de nuestro hogar, hemos tenido la mala experiencia de no poder comprar papel higiénico, tener que esperar meses a que lleguen unas cortinas y tener que conformarnos con el color de nuestro auto nuevo.
¿Por qué está sucediendo esto?
La pandemia ha trastornado casi todos los aspectos de la cadena de suministro a nivel global, es decir, la ruta, a menudo invisible, de fabricación, trasportación y logística que recorre la mercancía desde donde se produce, extrae o cultiva hasta su destino. Al final de la cadena hay otra empresa o consumidor que ha pagado por el producto terminado. La escasez ha hecho que aumente el precio de muchas cosas.
¿Cuándo comenzó todo esto?
Estos trastornos se remontan a principios del año pasado, al inicio de la pandemia. Las fábricas de algunos lugares del planeta donde se encuentra gran parte de la capacidad manufacturera del mundo —países como China, Corea del Sur y Taiwán, así como países del Sudeste Asiático, como Vietnam, y gigantes industriales europeos, como Alemania— se vieron muy afectadas por la propagación de casos de coronavirus. Debido a que los trabajadores enfermaron o estaban confinados, muchas fábricas cerraron o se vieron obligadas a disminuir su producción. Como respuesta, las navieras recortaron sus horarios para anticiparse a la caída de la demanda en el transporte de mercancía a todo el mundo.
¿Las fábricas no podían solo producir más?
Muchas sí lo hicieron, pero esto generó sus propias dificultades. Casi siempre, las fábricas tienen que comprar componentes para producir lo que exportan. Por ejemplo, una computadora armada en China tal vez necesite un chip hecho en Taiwán o Malasia, una pantalla plana de Corea del Sur y docenas de otros componentes electrónicos de todo el mundo que necesitan sustancias químicas especializadas de otras partes de China o de Europa.
¿Qué les sucedió a los inmensos buques portacontenedores?
En pocas palabras, se quedaron varados en los lugares equivocados. En la primera etapa de la pandemia, cuando China enviaba a todo el mundo volúmenes enormes de equipo de protección, como cubrebocas y batas de hospital, los contenedores eran descargados en lugares que, por lo general, no envían muchos productos a China, regiones como África occidental y el sur de Asia. Entonces, se acumularon los contenedores vacíos en esos lugares mientras las fábricas chinas producían mayores volúmenes de otras mercancías destinadas a los mercados ricos de América del Norte y Europa.
¿Qué es lo que está escaseando exactamente?
Casi todo lo que se produce o fabrica, desde sustancias químicas hasta calzado para correr, pasando por componentes electrónicos. La escasez engendra mayor escasez. Tal vez un fabricante de pinturas que necesita 27 sustancias químicas para manufacturar su producto pueda comprar todas excepto una, pero es posible que esa —que quizás se quedó varada en un buque portacontenedores en la costa del sur de California— sea suficiente para frenar la producción.
¿Por qué es tan difícil encontrar autos nuevos?
Los autos usan muchísimos chips para computadora, y la escasez de estos ha entorpecido la producción de vehículos. A su vez, eso ha dificultado y encarecido la compra de automóviles.
¿Por qué en algunos bancos de alimentos se están terminando los víveres para la gente que no tiene qué comer?
La escasez en la cadena de suministro a nivel global ha afectado a los grupos de ayuda y a las organizaciones sin fines de lucro, al dificultarles adquirir el exceso de inventario procedente de las empresas lucrativas que, a su vez, están teniendo problemas con la cadena de suministro.
¿En verdad todo esto es culpa de la pandemia?
Desde luego que la pandemia ha hecho que la oferta y la demanda sean muy inestables y que cambien con una rapidez a la que la cadena de suministro no puede ajustarse. Pero a eso se le suman los inventarios muy ajustados que, durante décadas, han mantenido las empresas con el fin de reducir sus costos.
¿Cuándo terminará esta escasez?
Nadie lo sabe con certeza, pero hay buenas razones para sospechar que se extenderá hasta bien avanzado el próximo año y tal vez más tiempo. Es probable que la escasez y los retrasos perjudiquen la temporada de compras navideñas de este año, pues harán que sea mucho más difícil conseguir productos esenciales. Muchas empresas hicieron sus pedidos con anticipación, lo cual está agudizando la escasez y haciendo llegar mayores volúmenes de mercancía a los puertos y los almacenes.
Fuente: The New York Times